Se pueden usar programas que registran lo que escribís, conocidos como keyloggers. También están los programas que prueban miles de contraseñas hasta dar con ella, algo que se llama fuerza bruta....
Hay algo que la mayoría no te cuenta hasta que te pasa: perder tu cuenta de Instagram no solo es frustrante, también da una bronca tremenda. Esa sensación de “¿cómo puede ser que me haya pasado a mí?” es horrible.
Un mensaje, un link que parece legítimo, una página igualita a Instagram que te ofrece algo gratis, y pum… en un descuido, le diste tu usuario y contraseña a alguien que ni conocés. Eso se llama phishing, y hoy en día es el truco más viejo del libro que usan los hackers. Y te juro que a cualquiera le puede pasar.
Lo digo porque ya vi demasiadas veces la misma historia repetirse. Gente buena, creativa, con cuentas que les costó años construir, y de repente un día... desaparecen.
No te lo digo para asustarte, sino porque es mejor estar un paso adelante. Internet está lleno de oportunidades, pero también de gente con malas intenciones. Y si aprendés a reconocer cómo se mueven, ya ganás la mitad de la batalla.
Mirá, no hace falta ser hacker ni experto en tecnología. Con un par de hábitos simples podés protegerte muchísimo más de lo que creés:
Carla tiene 18 años y ama la moda. Subía reels, hacía colaboraciones pequeñas y estaba creciendo un montón. Hasta que un día le llegó un mensaje:
"¡Hola Carla! Te queremos invitar a una campaña exclusiva de ropa sostenible. Solo tenés que confirmar tu cuenta acá 👇"
Todo parecía normal. La cuenta tenía fotos, el logo era igual al original, y hasta el nombre parecía real. Carla entró, puso su usuario y contraseña, y a los diez segundos ya no podía entrar a su cuenta, habia sido
Intentó cambiar la clave, pero ya era tarde. Un hacker le había cambiado el correo, el número, todo. En menos de un minuto perdió tres años de contenido.
Por suerte, después de semanas insistiendo con Instagram, la recuperó. Pero perdió fotos, historias, mensajes y marcas que confiaban en ella. Desde ese día no deja un solo servicio sin verificación en dos pasos.
Primero, respirá. No todo está perdido.
Instagram tiene un formulario para cuentas hackeadas. Lo podés buscar en Google o entrar desde la sección de ayuda de Instagram. Allí te van guiando paso a paso.
Si tu cuenta tiene muchas fotos tuyas, puede que te pidan un pequeño video para confirmar que sos vos. No te preocupes, es normal: lo usan como reconocimiento facial.
Si te interesa entender cómo actuan los hackers que vulneran cuentas, que sea solo para protegerte. No para hacer lo mismo. Porque el karma digital existe.
Hay gente que entra a tutoriales raros, “apps milagrosas” o “páginas secretas”, y al final lo único que consiguen es que les roben a ellos. Y no solo la cuenta: también el correo, el WhatsApp, o hasta las tarjetas.
Internet es un lugar increíble, pero hay que andar con cuidado. No es cuestión de paranoia, es cuestión de sentido común.
Más vale perder cinco minutos activando la seguridad, que perder tu cuenta y rogarle a Instagram durante semanas.
No. Ninguna. Las que dicen que sí son trampas. Te hacen creer que vas a ver la cuenta de alguien, pero en realidad te están robando la tuya.
Instagram te lo avisa. Te llega una notificación o un mail cuando detecta una sesión desde un lugar raro. Igual, podés revisarlo vos desde:
Configuración → Seguridad → Actividad de inicio de sesión.
Si ves algo raro, cerralo todo y cambiá la clave enseguida.
Parece un rollo, pero usar estas tres cosas puede marcar la diferencia entre dormir tranquilo o perder todo de un día para otro.
Cuidar tu cuenta de Instagram no es obsesión. Es prevención. Es como ponerle cerradura a la puerta de tu casa. Y créeme, con el tiempo vas a agradecerte haberlo hecho.
Porque cuando te quitan una cuenta, no solo te quitan acceso… te quitan parte de tu historia. Y eso, sinceramente, no tiene reemplazo.